Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Nadie es demasiado rico para prescindir de ella. Nadie es demasiado pobre para no merecerla. Es el símbolo de la amistad, da reposo al cansado y conforta al deprimido.
No se puede comprar, ni prestar, ni robar, no tiene valor hasta que no se da.
Para este Día del Padre hemos querido regalar una sonrisa, la que espero tengan al recibir la carta que sus pequeños les envian. Espero que todas encuentren su destino.
lunes, 16 de marzo de 2015
DÍA DEL PADRE
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